Distracción

Domingo 27 de Febrero del 2011, 3 integrantes de la familia Reyes Salazar son sepultados en el estado de Chihuahua, los 3 últimos masacrados de una familia que ha sido diezmada desde que se atrevieron a levantar la voz, acusando al gobierno de la muerte de uno de sus integrantes.
El sepelio fue acompañado, por varios familiares y activistas, así como por un nutrido grupo de policías (nadie les dijo que mejor los hubieran cuidado cuando estaban vivos, muertos no necesitan protección), y varios países, incluido USA (los gringos al rescate, esta vez por una buena causa) les ofrecieron asilo político.
Una noticia de esta magnitud, debió ser primera plana en cualquier lugar, y ser el centro de debate, sobre todo por que muestra el nivel de podredumbre dentro de nuestras autoridades, quienes debieron ser interrogadas, sobre esta masacre que se ha ido ejecutando en contra de esta familia. Sin embargo, en nuestro país, la noticia paso sin pena ni gloria, sobre todo en la televisión abierta, no pudo competir con dos eventos tan importantes como el final de la telenovela de moda (llamarles novelas, es una falta de respeto a dichas obras literarias) y la entrega anual del Oscar.
Lamentablemente, estos “grandes” eventos, fueron el tema central del fin de semana, en la calle, en los negocios, y sobre todo en las redes sociales. Fue en estas ultimas, donde se llegaron a publicar declaraciones cuestionando el nivel de inteligencia de unos y otros dependiendo del evento que se veía, sin darse cuenta que en el fondo, todo era lo mismo, distracción de nuestra triste realidad.
La esperanza que algunos llegamos a albergas del despertar de la conciencia social al ver la movilización para protestar por el cese de Carmen Aristegui, fue cortada de tajo, luego de ver, que para bien o para mal, la televisión sigue gobernando nuestro país.
Ojala y algún día, esto cambie, se ordenen las prioridades y se exija justicia, no solo para una familia, sino para todos los inocentes que han caído victimas de esta guerra en la que vamos quedando entre el fuego cruzado.