Cuantas veces nos hemos quejado del maltrato a nuestros compatriotas en Estados Unidos, de que la policía los golpee y los regrese a México, de que sus derechos humanos no sean respetados.
Pero se nos olvida, el verdadero calvario que migrantes centroamericanos y sudamericanos sufren en nuestro país, donde ya no solo son golpizas de y extorsiones de las autoridades o a la marcha tan penosa a bordo del tren de la muerte. Ahora es peor, pues una de las organizaciones más crueles que se recuerden, los secuestra, para sus propios fines, asesinando a cientos y cientos, ante el silencio y complicidad de las autoridades.
Es lamentable, que estos migrantes, sean tratados y masacrados como animales, por un grupo de salvajes sin respeto alguno a la vida, es indignante que las autoridades solapen estos hechos (que de no ser por el inmigrante que se logro salvar de una de las tantas masacres y dio parte a los soldados esto no se hubiera descubierto).
Es impresionante la cantidad de cadáveres que han sacado de las fosas, pero lo más impresionante es saber que nadie hace nada por ellos, los muertos sin nombre, que el único delito que cometieron fue ser pobres, y tratar de llegar a Estados Unidos a buscar trabajo para poder ofrecerle algo a sus familias. Lamentablemente nunca cumplieron el sueño americano, se quedaron muertos en la pesadilla mexicana
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